El sur de la ciudad de Buenos Aires es una zona que no ha podido ser integrada al resto de la metrópoli efectivamente. Las villas miseria, los desencantados complejos habitacionales, y el exótico premetro son pruebas de ello. A lo largo de las décadas se implementaron diversos proyectos para hacer uso de los grandes predios verdes apostados frente al riachuelo que componen parte de los barrios de Villa Soldati y Villa Lugano, sin que ninguno haya tenido demasiado éxito. Durante el último gobierno militar el intendente Osvaldo Cacciatore, siguiendo la línea de otros de sus proyectos grandilocuentes, impulsó la creación de un parque zoofito-geográfico (que nunca se llevó a cabo) y a su lado un parque de diversiones que serviría para financiar la construcción del primero, el Parque Interama, utilizando el predio que hasta ese entonces servía de basurero de la ciudad. Elevándose sobre las adrenalínicas montañas rusas y las vertiginosas ruedas de carnavales estaba el icono del parque: la Torre Interama o Torre Espacial.
Esta arquitectura fue diseñada por la empresa austriaca Waagner-Biro y vendida a Interama. Se trasladaron las piezas desde Europa y se la montó en el parque. Está fundada 30 metros bajo tierra, y unos tensores ayudan a sostenerla. Con su altura de 228 metros se convirtió en el punto más alto de la Ciudad hasta la construcción de la Torre Alvear de Puerto Madero. Tiene dos plataformas a 120 metros donde originalmente habrían un restaurante y una confitería (que nunca se instalaron) y una tercer plataforma a modo de mirador, a las que se acceden mediante ascensores de alta velocidad.
La historia del Parque de la Ciudad es clásica dentro de nuestro país: el estado le concede la concesión de la construcción y administración del parque a la empresa Interama integrada en sí misma por algunos militares. Le pasa una guita que en lugar de destinar al parque es puesta en un plazo fijo en el exterior y cuando llega la democracia se destapan los manejes y se le quita la concesión. En lugar de otorgársela a otro privado el Municipio de la Ciudad se hace cargo de la administración del parque (caso único en el mundo que el estado se haga cargo de un parque de diversiones). No se hacen las inversiones correspondientes, se rechaza una propuesta de Paramount y Warner para reequipar el parque en el ‘98, y en el 2003 se lavan las manos y se cierra. Después de un intento de revivir el lugar como espacio para recitales, se transformo en un simple espacio verde con actividades recreativas para chicos y adultos (todos los juegos están fuera de servicio). Hoy pagando una modesta entrada se puede ir, pero no se puede subir a la torre.
Más allá de la historia del Parque de la Ciudad, siento que la Torre Espacial como obra arquitectónica no está lo suficientemente apreciada en el ecosistema cultural de la ciudad. Es una vista realmente sorprendente ver este fragmento de un universo de ciencia ficción elevarse entre los barrios sureños, verla relampaguear sus luces desde las fábricas de Parque Patricios o desde las villas de Soldati. Es una pieza fascinante que todos parecen ignorar. Desde ya un gran set piece para alguna pelicula.
Los últimos tiempos, unos gordos aficionados al parque y la torre empezaron a compartir piezas de historia, trivia, y visitas guiadas del lugar. Intentan impulsar un proyecto de equipar a la torre con un equipo lumínico similar al que tienen otros monumentos en nuestro país, de manera que pueda cambiar de colores dependiendo de las fechas y eventos. Me parece una muy buena iniciativa, y desde ya sería ideal restaurar los accesos a los miradores y reactivar su función turística. Personalmente nunca pude subir.
Por último les dejo este video que encontre en el canal de YouTube de estos gordos de un programa british donde se suben a la torre y tienen que arrastrarse por unos postes para agarrar unos banderines y dejarse caer jajaja muy adrenalínico
Esta arquitectura fue diseñada por la empresa austriaca Waagner-Biro y vendida a Interama. Se trasladaron las piezas desde Europa y se la montó en el parque. Está fundada 30 metros bajo tierra, y unos tensores ayudan a sostenerla. Con su altura de 228 metros se convirtió en el punto más alto de la Ciudad hasta la construcción de la Torre Alvear de Puerto Madero. Tiene dos plataformas a 120 metros donde originalmente habrían un restaurante y una confitería (que nunca se instalaron) y una tercer plataforma a modo de mirador, a las que se acceden mediante ascensores de alta velocidad.
La historia del Parque de la Ciudad es clásica dentro de nuestro país: el estado le concede la concesión de la construcción y administración del parque a la empresa Interama integrada en sí misma por algunos militares. Le pasa una guita que en lugar de destinar al parque es puesta en un plazo fijo en el exterior y cuando llega la democracia se destapan los manejes y se le quita la concesión. En lugar de otorgársela a otro privado el Municipio de la Ciudad se hace cargo de la administración del parque (caso único en el mundo que el estado se haga cargo de un parque de diversiones). No se hacen las inversiones correspondientes, se rechaza una propuesta de Paramount y Warner para reequipar el parque en el ‘98, y en el 2003 se lavan las manos y se cierra. Después de un intento de revivir el lugar como espacio para recitales, se transformo en un simple espacio verde con actividades recreativas para chicos y adultos (todos los juegos están fuera de servicio). Hoy pagando una modesta entrada se puede ir, pero no se puede subir a la torre.
Más allá de la historia del Parque de la Ciudad, siento que la Torre Espacial como obra arquitectónica no está lo suficientemente apreciada en el ecosistema cultural de la ciudad. Es una vista realmente sorprendente ver este fragmento de un universo de ciencia ficción elevarse entre los barrios sureños, verla relampaguear sus luces desde las fábricas de Parque Patricios o desde las villas de Soldati. Es una pieza fascinante que todos parecen ignorar. Desde ya un gran set piece para alguna pelicula.
Los últimos tiempos, unos gordos aficionados al parque y la torre empezaron a compartir piezas de historia, trivia, y visitas guiadas del lugar. Intentan impulsar un proyecto de equipar a la torre con un equipo lumínico similar al que tienen otros monumentos en nuestro país, de manera que pueda cambiar de colores dependiendo de las fechas y eventos. Me parece una muy buena iniciativa, y desde ya sería ideal restaurar los accesos a los miradores y reactivar su función turística. Personalmente nunca pude subir.
Por último les dejo este video que encontre en el canal de YouTube de estos gordos de un programa british donde se suben a la torre y tienen que arrastrarse por unos postes para agarrar unos banderines y dejarse caer jajaja muy adrenalínico